Cauquenes Tierra de Poetas
ASCENSIÓN JARA SEGURA
Este poema en su original tiene la siguiente dedicatoria del autor:
“Con mis mejores deseos de felicidad para Ud. y familia en este jubiloso día de su onomástico, junto con el ofrecimiento de la Santa Misa para pedir las bendiciones del altísimo sobre este generoso hogar”
Su hijo espiritual y Seminarista. Alberto Maldonado B.
Santiago, 15 de mayo de 1958
Con todo cariño a la gran Maestra Cauquenina; Ilustre Madre de las Colonias Escolares; profesora de los humildes y dilecta amiga de Dios.
En el día que Cristo concluía su obra
Sube al trono sublime de la Gloria y del Padre
Con arpegios de cielo; con ternuras muy suaves
Yo, Alberto, saludo a tu estirpe de Maestra y de Madre.
Es hermoso llamarte Ascensión y cual padre
Elevar a los hombres a las luces del cielo
Dando siempre la sangre del amor y quedarte
Adherida a la cruz inmortal del anhelo.
Yo te he visto en la ronda de los niños humildes
Prodigando cual hostia tu palabra sublime
Y sangrar frente al hombre de las manos vacías
O al hogar que miserias dolorosas exhibe.
Y en la mujer del pueblo y en la joven
Y en todos aquellos que laboran y sufren
He visto en tu santo corazón que es sagrario
O en la luz infinita del mensaje de Cristo.
Tu gente ha comprendido que Ascensión significa
Tomar la angustia humana y encenderla en anhelos
Y en el fuego sublime del amor elevarla
Convertida en sonrisas hasta el Dios de los cielos.
Madrecita no es sólo tu nombre; esa palabra
Que para Dios significa su amor y su victoria
En ti es aquella esencia sublime de tu vida
Que abraza el dolor convirtiéndolo en gloria.
Asciendan hasta tu alma las voces de tus niños
Y de aquellos que hallaron en ti un consuelo
Las playas que vestiste de hijos hoy te aclamen
Por tu entrega sublime por tu místico celo.
Y yo que soy un hijo de tu espíritu inmenso
Recordando que tú me mostraste el camino
Hoy quisiera contarte que accediendo a tus ruegos
Me ha tocado el espíritu santo con su soplo divino.
¡Y a Él! que está en mi pecho, ¡que es todo lo que tengo!
Le pedí esta mañana que con su gloria infinita
Bendiga a la Maestra que guió mi senda
Y enjugó mi llanto con ternura bendita.
Fuente: LA VOZ DE LA PROVINCIA - 18/03/2006 información concedida por D. Reynaldo Rodrigo Salgado Henríquez – Nieto de la Sra. Ascensión Jara Segura. 27/04/2009
Este poema en su original tiene la siguiente dedicatoria del autor:
“Con mis mejores deseos de felicidad para Ud. y familia en este jubiloso día de su onomástico, junto con el ofrecimiento de la Santa Misa para pedir las bendiciones del altísimo sobre este generoso hogar”
Su hijo espiritual y Seminarista. Alberto Maldonado B.
Santiago, 15 de mayo de 1958
Con todo cariño a la gran Maestra Cauquenina; Ilustre Madre de las Colonias Escolares; profesora de los humildes y dilecta amiga de Dios.
En el día que Cristo concluía su obra
Sube al trono sublime de la Gloria y del Padre
Con arpegios de cielo; con ternuras muy suaves
Yo, Alberto, saludo a tu estirpe de Maestra y de Madre.
Es hermoso llamarte Ascensión y cual padre
Elevar a los hombres a las luces del cielo
Dando siempre la sangre del amor y quedarte
Adherida a la cruz inmortal del anhelo.
Yo te he visto en la ronda de los niños humildes
Prodigando cual hostia tu palabra sublime
Y sangrar frente al hombre de las manos vacías
O al hogar que miserias dolorosas exhibe.
Y en la mujer del pueblo y en la joven
Y en todos aquellos que laboran y sufren
He visto en tu santo corazón que es sagrario
O en la luz infinita del mensaje de Cristo.
Tu gente ha comprendido que Ascensión significa
Tomar la angustia humana y encenderla en anhelos
Y en el fuego sublime del amor elevarla
Convertida en sonrisas hasta el Dios de los cielos.
Madrecita no es sólo tu nombre; esa palabra
Que para Dios significa su amor y su victoria
En ti es aquella esencia sublime de tu vida
Que abraza el dolor convirtiéndolo en gloria.
Asciendan hasta tu alma las voces de tus niños
Y de aquellos que hallaron en ti un consuelo
Las playas que vestiste de hijos hoy te aclamen
Por tu entrega sublime por tu místico celo.
Y yo que soy un hijo de tu espíritu inmenso
Recordando que tú me mostraste el camino
Hoy quisiera contarte que accediendo a tus ruegos
Me ha tocado el espíritu santo con su soplo divino.
¡Y a Él! que está en mi pecho, ¡que es todo lo que tengo!
Le pedí esta mañana que con su gloria infinita
Bendiga a la Maestra que guió mi senda
Y enjugó mi llanto con ternura bendita.
Fuente: LA VOZ DE LA PROVINCIA - 18/03/2006 información concedida por D. Reynaldo Rodrigo Salgado Henríquez – Nieto de la Sra. Ascensión Jara Segura. 27/04/2009